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1 de marzo de 2011

CENTRO CULTURAL GENERAL SAN MARTÍN: Por otros cuarenta años más


 María Victoria Alcaráz es la directora general de uno de los lugares más emblemáticos de la Ciudad, que el año pasado cumplió 40 años de vida. Perfil histórico de una gran institución.

¿Cuándo comenzó su gestión?
Fueron dos en realidad: la primera de 1999 al 2000 y la segunda que comenzó en marzo de 2002. Pasaron los gobiernos y bueno, acá sigo.
¿Cuál es el balance del año pasado y cuáles las perspectivas para este año?
El año pasado fue un año bisagra porque cumplimos 40 años -que no es poca cosa para una institución cultural- en un edificio, además, que fue pensado para ser lo que es, que sigue cumpliendo los objetivos para los que fue creado. A su vez, el Centro Cultural se plantea a sí mismo la necesidad de repensar la institución, hacer una reingeniería para dejar atrás el siglo XX, entrar al XXI, y seguir cumpliendo los mismos objetivos, la misma actividad, de la misma manera y con la misma intensidad.
¿En qué consiste esa reingeniería?
El motor de cambio es una enorme obra de remodelación. Pero no alcanza con paredes nuevas, no alcanza con equipamiento nuevo, hay que pensar cómo actualizar el contenido, cómo actualizar las formas de gestionar la institución. Es un gran desafío institucional porque implica pensar la infraestructura, el equipamiento, el modelo de gestión cultural, el modelo de gestión administrativa, el modelo de gestión edilicia. En cultura muy pocas veces se piensa en el edificio, en el contenedor. Los gestores culturales estamos formados para pensar el contenido, y muy pocos piensan o se forman para pensar lo otro. Y sin contenedor no hay contenido.
De todas formas en su momento, cuando se construyó este lugar, sí se pensó. Tengo entendido que fue un edificio revolucionario para la época.
Totalmente, tiene algunas características que yo destaco y que facilitaron estos 40 años del Centro Cultural. Mario Roberto Álvarez, que fue el arquitecto que diseñó la primera y la segunda intervención -la que estamos realizando ahora- pensó en espacios flexibles, que es un concepto arquitectónico que estamos trasladando al modelo de gestión cultural. Quiere decir que si uno mira el Centro Cultural son plantas libres con tabiquerías que, si se necesita moverlas, se mueven, es decir que no hay necesidad de tirar abajo paredes, caños, instalaciones. Esa flexibilidad es lo que le permitió al CC ir acomodándose a medida que iba pasando el tiempo. En el año 1970 lo que se creó era una institución que sobre todo hacía congresos y convenciones. Tenía un pequeño espacio -que era la sala Muiño, en el 4to piso-  para hacer espectáculos. En los ´80, con la vuelta de la democracia, siguió haciéndose la misma cantidad de congresos y convenciones, pero creció exponencialmente la oferta artística y cultural. También fue así en los ´90 y en los 2000.
Entonces, entramos en un complejo trabajo donde el motor de cambio es la incorporación de 10.000 metros cuadrados nuevos -que en los próximos meses estamos inaugurando-, la actualización de todo el edificio y su equipamiento. Pero también más servicios, por eso estamos creando un centro multimedia, incorporando dos cines -cosa que el CC no tenía, si bien se proyectaba cine en la sala AB, no era una sala de cine convencional. Esto se inaugura en mayo. También una sala de espectáculos más, una sala para espectáculos no convencionales, como por ejemplo cualquiera de las obras que tiene multimedia, instalaciones, muestras multimedia, espectáculos que necesiten anclaje del techo, todas las propuestas contemporáneas que quieran salir de una sala de teatro convencional. Lo que queremos hacer es complementar las salas que existen en el Teatro San Martín, que es otro organismo, pero queremos complementar la oferta, no competir.
De hecho, mucha gente no sabe que el Teatro San Martín y el Centro Cultural son entidades diferentes.
En la formalidad, somos dos organismos  totalmente independientes que pertenecemos al ministerio de Cultura. Hay un director general de todo el complejo teatral que tiene sede en el Teatro San Martín y nosotros acá en el Centro Cultural. Nunca se pensó desde que se empezó la construcción, que fuésemos una misma cosa. Sí en los orígenes del proyecto (que son de principios de los ´50) se pensó un gran Complejo Cultural en esta manzana donde estuvieran los dos edificios, con jardines a los costados y por abajo, en los subsuelos, más infraestructura cultural. Inicialmente, esa era la idea. Se pensó como un gran complejo cultural, pero institucionalmente somos dos organismos distintos.
Con lo cual lo que estamos haciendo es reforzar la idea de que somos un gran Centro Cultural más allá de que administrativamente o institucionalmente seamos dos cosas distintas. Al público no le tiene por qué importar si hay un director de un lado y otro del otro, sino por ejemplo, ir a ver una obra de teatro a un lado, participar en una conferencia del otro, ver una muestra o lo que sea. En fin, nos unen muchas más cosas de las que nos separan y no vale la pena tratar de diferenciarnos sino todo lo contrario.   

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